AMMÁN.- Centro neurálgico de Jordania, capital del país destaca por su patrimonio histórico-artístico, en su casco antiguo conserva vestigios de la antigua Filadelfia griega y edificios de época romana, como el teatro, el foro y el templo de Hércules. En una de sus colinas se levanta una ciudadela, donde se pueden visitar restos de un palacio omeya, un pequeño pero excelente museo y una iglesia bizantina.
JERASH.- La antigua Gerasa, es una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo y, en su esplendor, acogió más de 30.000 habitantes. Imprescindible para los amantes de la historia y la arqueología.
MÁDABA.- “La capital de los mosaicos”, en ella se admira bellos mosaicos bizantinos con 1400 años de antigüedad. Este tipo de decoración recubre el suelo de varias iglesias, del museo arqueológico local y de algunas casas particulares. En la iglesia griega ortodoxa de San Jorge, un enorme mosaico reproduce un mapa de Palestina, primera referencia cartográfica de Tierra Santa.
MONTE NEBO.- Se trata del lugar desde el que Moisés divisó la Tierra Prometida y en el que se cree que fue enterrado: el lugar santo más venerado de Jordania, centro de culto para musulmanes, judíos y cristianos. Lo mejor de la visita son las vistas sobre el valle del Jordán y Cisjordania, y los mosaicos que recubren la iglesia conmemorativa.
MAR MUERTO. Las propiedades terapéuticas de las aguas del Mar Muerto son conocidas desde la Antigüedad. A ello hay que sumarle el atractivo del lugar geográfico en el que se encuentra: en el lugar más bajo del planeta, más de 400 metros por debajo del nivel del mar, y en el espacio en el que se habrían alzado algunas de las míticas ciudades bíblicas, como Sodoma y Gomorra.
KARAK. Es uno de los castillos de la época de los cruzados mejor conservados de Oriente Medio. La visita suele ser un alto en la ruta de camino de Petra y tras descubrir el Mar Muerto. El mítico escenario bélico del asedio de Saladino durante la Segunda Cruzada en el siglo XII permite recorrer pasadizos y corredores bajo tierra que evocan intensamente un momento histórico fascinante.
PETRA. Es la joya más preciada de Jordania, una de las maravillas del mundo antiguo y la simple razón por la que el viaje a Jordania ya vale la pena. Al menos una vez en la vida hay que visitarla. Deslumbrante y opulenta en su época de esplendor hace dos mil años, ciudad perdida durante siglos para el mundo occidental. Su perfecta combinación de arquitectura prodigiosa tallada en la roca y entorno natural deslumbrante seguirá hechizando durante siglos a cualquier viajero inquieto.
WADI RUM. Sin duda, el paisaje desértico más espectacular e intacto de Oriente Medio. El escenario de la épica bélica de la Revolución Árabe que enfrentó a las tribus beduinas con el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial. El mito de T. E Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia y encarnado por Peter O´Toole en el celebérrimo film de David Lean, añade valor intangible a la zona.